Víctor, el niño salvaje de Aveyron

Año de aparición: 1788 
Autores reconocidos: Jean-Marc-Gaspard Itard (1774-1838)



Jean-Marc-Gaspard Itard

Un gélido día de enero de 1800, un niño desnudo llegó temblando a una granja del sur de Francia. Aunque aparentaba tener unos doce años, no sabía hablar, no conocía las costumbres humanas y no reconocía su propio reflejo. Pronto resultó obvio que había estado viviendo solo en el bosque durante años, probablemente desde los cinco. Al ser un niño salvaje, Víctor se convirtió en un caso práctico para los debates de la ilustración sobre el buen salvaje y el papel de la educación en el proceso de civilización.
Víctor fue trasladado a París, donde fue examinado por varios expertos, uno de los cuales lo declaró “idiota congénito”. Poco tiempo después, Víctor quedó al cuidado del médico Jean-Marc-Gaspard Itard, quien por aquel entonces era el director del Instituto Nacional de Sordomudos de Francia. Itard discrepaba de los diagnósticos anteriores, pues creía que los déficits que Víctor mostraba eran de origen social y podían remediarse mediante la socialización y la educación. Así fue como Víctor se convirtió en una muestra del poder de la educación.
Durante cinco años Itard y su asistente trabajaron con Víctor para enseñarle el lenguaje y las costumbres de la vida civilizada. El chico aprendió a comer alimentos cocinados, a vestirse adecuadamente y a bañarse. Sin embargo, nunca aprendió a hablar. Itard había descubierto lo que más tarde ha demostrado la ciencia experimental: que existe un periodo concreto para aprender el lenguaje y que, ya fuera de él, resulta muy difícil adquirir el habla.
En el plano conceptual, Itard y vector brindaron un nuevo enfoque para el estudio del desarrollo humano. Itard preparo dos informes sobre Víctor, uno en 1801 y otro en 1806. Si bien concluyó a regañadientes que sus esfuerzos por educar a Víctor habían fracasado, sus métodos sistemáticos fueron alabados por el ministro francés de educación. El ministro elogió los informes que marcaría la dirección que debían seguir las intervenciones efectivas.      


Escultura de bronce del siglo XIII de la loba capitolina amamantando a los gemelos Rómulo y Remo, los legendarios fundadores de Roma.



Relacionados El buen salvaje de Rousseau (1762) Jardín de infancia (1840), Casa dei Bambini (1907) 

Referencias
Benzaquen, A. S., Encounters with Wild Children: Temptation and Disappointment in the Study of Human Nature. Montreal, Canadá: McGill-Queen's University Press, 2006.

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